Sufro con la mínima expresión del trazado. La más leve protuberancia hace correr rápidamente la cadena de la Poderosa, hoy menos poderosa, hacia los piñones más altos.
...
Ver al otro lado de la bahía mi actual destino, hacen tomármelo con mejor humor y mayor ímpetu.
Y por fin, tras una para mi larga agonía, ruedo por la conocida Puno
Gracias!!!
Gracias a Dolo y a Iñigo que me recomendaban un hostal que me dió las comodidades necesarias para recuperar la fuerza y la alegría para seguir rodando siempre hacía adelante.
Por qué no, mañana dejaré de ser un viajero rodante y pasaré a ser un turista. Mi cuerpo me lo agradecerá.
Tal y como dice un gran sabio, voy despacio porque voy lejos.
Da gusto leer tu crónica Xabi, gracias por dejarnos que te acompañemos en este viaje.
ResponderEliminarSigue cuidándote, y siempre con el casco...
Un abrazo muy fuerte.